Ansiedad, insomnio y rutinas

La ansiedad nos sirve, para avisarnos de una situación de amenaza. De hecho la palabra viene del latín anxietas que refiere a angustia o aflicción. Es una repuesta frente a estímulos que se perciben como amenazantes. El problema es cuando esto se hace continuo, y el cuerpo lo asimila como tensión constante acompañado de pensamientos de alerta o desagradables.

Muchos pacientes que han llegado a consulta, han solicitado ayuda, porque esta ansiedad se ha manifestado en problemas para dormir, cambio en el apetito y confusión permanente en los días de la semana que se incrementa con el encierro y la sensación de falta de aire.

Explicación desde el origen y causas:

En términos simples: La corteza prefrontal o córtex prefrontal está involucrada en la toma de decisiones, en nuestra planificación, en cómo resolvemos problemas y en cómo establecemos metas. (Funciones ejecutivas). En simples palabras,  nos ayuda a determinar cómo usar la información que tenemos almacenada.

En un mundo, en donde la Pandemia nos llena de incertezas, en donde antes, teníamos un estallido social, que puede aparecer al acabar la expansión del virus y que ni las clases ni el trabajo ni lo económico tiene certidumbre, lo único que podemos entregar es la convicción de un horario y/o rutina dentro de nuestro hogar para permitirnos de alguna manera estructura, orden y noción del tiempo. Para de esta manera disminuir la ansiedad y permitir la regulación emocional. Que de paso también estaría asociada a funciones específicas de lóbulos frontales. De hecho, la corteza orbitofrontal es quien tiene un rol muy importante en el procesamiento neural de las emociones.

Tratamiento y diferencia notoria en pacientes:

Existen notorias diferencias entre quienes llevan una rutina y quiénes no. Quienes llevan una rutina, presentan menor ansiedad, menor confusión de días y se les dificulta menos conciliar el sueño en su mayoría. Existen casos que salen a la norma, debido a otras variables que se evalúan en sesión. (Variables como por ejemplo: otros diagnósticos asociados, alimentación con exceso de azúcares, rutinas que involucran uso de tecnologías en horas que se inhibe la producción de melatonina, etc)

Los niños, son quienes aún más requieren de límites y estructura. Son quienes aún más necesitan de rutinas. Su cerebro cognitivo y emocional no está del todo formado, y somos nosotros quienes debemos ayudar y guiar en el proceso. La rutina de paso, ayuda a todo el grupo familiar a bajar la ansiedad colectiva.

A los preescolares, que tienen un pensamiento concreto, se les enseña la rutina con un reloj mural, con stickers o recortes de revista donde cada hora lleve un dibujo distintivo de la actividad que se realizará. Para los niños escolares, esto también sirve, pero se va incentivando desde los 6-7 años, la autonomía.

 

Lo importante es que la rutina por lo menos debe tener: Actividad académica, hora de juego, hora de interacción social (virtual), deporte y tiempo de familia.

 

Psicóloga Isabel López Turner

Consulta Piac.

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